¡Oh! dulce amargura,
color café, aroma de ayer.
De repente mis párpados no quieren cerrar,
y esta canción que no tiene final.
Que hermosa oscuridad dijo aquel caballero sin armadura, mientras narciso se cubría el rostro por las mañanas.
La noche está encendida y ahora el silencio me tiene que escuchar...
Toco mi cuerpo para hablar, y bailo cuando quiero cantar.
Yo no lo espero y aunque a veces divago, siempre el cielo se dibuja en él-mar.
y aún que la ciencia nunca lo pueda explicar, siempre en mi amanecerá...
(Elmar Fernando Salazar Sagastume) 14/08/2021
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